Pelusa y Tammy están esterilizadas.
A Benito lo encontré al borde de la carretera, paralizado de dolor. Había sido atropellado y el fémur se había separado de la cadera. Lo sometieron a una seria operación donde le quitaron un pedazo de fémur para que encajase nuevamente en la cadera. Después de un largo periodo de recuperación, quedó en perfectas condiciones. No cojea, puede saltar y caminar con total normalidad.
A Pelusa la encontré en una esquina, echada. La gente pasaba encima de ella sin importarles por qué estaba allí. La recogí, pedí a una veterinaria cercana que me la tuvieran una noche, después una noche más, y como ya no podía seguir pagando hospedaje, me la llevé a mi departamento.
Con Tammy ocurrió que estábamos mi esposo y mis dos hijas en el mercado de Surco y la vimos asustada y en un rincón. Dijimos: vamos a pasearla por todo el mercado a ver si alguien la reconoce, pero no, nadie la reconoció y como no podíamos dejarla allí, también la cargamos y la llevamos a nuestro departamento.
Así, como quien no quiere la cosa, entre perros y gatos ya suman 12 y como vivo en el segundo piso de la casa de mi mamá, ya te imaginarás las luchas permanentes porque a ella no le gustan los animales. La verdad es que no sé cómo pudo tener una hija animalera siendo ella así. Aunque es comprensible porque mi padre también era un gran amante de los animales. Hacía cosas increíbles por ayudarlos y curarlos. Debe ser por eso que lo quería tanto.
Por favor agradeceré me ayuden mucho con estos tres chiquitos que no tuvieron la culpa de nacer en un mundo tan incivilizado.
Un abrazo, muchas gracias,
Sissi Guevara
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